¿Cómo generar un cambio en un equipo de trabajo cuando ese cambio es deseado?
Cuántas veces nos encontramos con líderes que desean que su equipo aprenda determinadas competencias y adquiera una serie de hábitos, pero no les da el espacio para que eso ocurra. Parece que esperan que llegue alguien con una varita mágica y que, con pasar unas horas con su equipo, lo transforme, lo cohesione y lo conecte con los valores de su organización.
¿Te recuerda a algo?
Me gustaría decirte, para que lo tengas en cuenta a la hora de gestionar equipos y personas, que para que un cambio se asiente en nuestro cerebro, se requiere un largo tiempo.
Para asentar un nuevo hábito, es fundamental entender cómo funciona nuestro cerebro
Para asentar un nuevo hábito, es fundamental entender cómo funciona nuestro cerebro. Cuando intentamos aprender algo nuevo, se activan diferentes áreas como la corteza prefrontal, que es clave para la toma de decisiones y el control ejecutivo, o el sistema límbico, que está involucrado en nuestras emociones y motivaciones, o las neuronas espejo que juegan un papel importante en la socialización ya que nos permite imitar y aprender de los demás.
El proceso de aprendizaje implica la creación de nuevas conexiones neuronales
El proceso de aprendizaje implica la creación de nuevas conexiones neuronales. Al repetir una acción o información, estas conexiones se fortalecen, lo que facilita el recuerdo y la aplicación de lo aprendido. Esto se relaciona con la paciencia y con el tiempo. Por lo tanto, establecer un nuevo hábito requiere tiempo y repetición para que esas conexiones se consoliden.
Hay veces que lo difícil es “desaprender” una competencia para aprender otra, porque sería como tratar de borrar una red neuronal de nuestro cerebro, lo cual puede resultar muy complicado. Por el contrario, parece más fácil realizar nuevas conexiones neuronales en nuestro cerebro para que realmente podamos asimilar una nueva competencia y aplicarla con efectividad.
El aprendizaje no es solo un proceso individual, sino que también ocurre en un contexto colaborativo.
El aprendizaje no es solo un proceso individual, sino que también ocurre en un contexto colaborativo. Cuando los miembros del equipo comparten experiencias y conocimientos, están creando un espacio rico y fértil para el aprendizaje. Diseñar una conversación de una manera diferente, tomar decisiones consensuadas, gestionar las tensiones del día a día, instalar la cultura que promovemos y los valores en todas las personas de la organización, etc., requieren del aprendizaje de nuevas competencias.
La apuesta por el aprendizaje conjunto no solo fortalece las competencias individuales, sino que también mejora la cohesión del grupo. Aquí es importante reconocer que cada persona tiene su propio ritmo de aprendizaje, por lo que la paciencia y la empatía son claves en este proceso.
Desde Arteko apostamos por procesos que permitan instalar nuevas competencias en las personas que la organización desea promover. Estamos hablando, por ejemplo, de sesiones con los equipos de trabajo que sean periódicas y estables; incluir en las agendas de trabajo actividades de autoconocimiento y relacionales para instalar nuevos hábitos; y todas aquellas que deseamos que las personas adquieran (saber escuchar y transmitir mejor el mensaje, coordinar acciones entre personas y departamentos, tomar decisiones de manera ágil y efectiva)
Se trata en definitiva de cambiar las dinámicas inapropiadas o que no deseamos de los equipos para que lleguen a ser de alto rendimiento, saludables y asentados en la confianza.
Piedad Arbaiza Vilallonga
Coach Senior.