Con tu mirada aprendo
Para que las organizaciones puedan avanzar, reinventarse, innovar y crecer necesitan crear dinámicas en las que podamos construir juntos. El feedback es una herramienta sencilla que se pueden utilizar.
“Con tu mirada aprendo” tiene que ver con la humildad para reconocer que cada persona ve sólo lo que ve, sabe lo que sabe y que hay muchísimos aspectos que ni ve ni sabe. La emocionalidad de la humildad, de reconocimiento de la propia limitación posibilita la llave que abre una puerta de entrada al crecimiento conjunto, al feedback. Una vez abierta la puerta, se trata de pedir a otra persona que te preste su mirada, que te regale lo que tú no ves, que te muestre con su diferencia lo que está percibiendo y te puede ayudar.
En este sentido hacemos hincapié hoy en tres aspectos fundamentales.
El primero se refiere al feedback como regalo hacia el crecimiento, siempre y cuando la entrega se haga con la emocionalidad de construir y se reciba desde la humildad.
El segundo tiene que ver con el comportamiento, el feedback no hace referencia a la persona sino a acciones concretas de la persona. No clasifica a las personas, no las arrincona, más bien se fija en acciones concretas y posibilita el crecimiento.
El tercer aspecto conlleva un equilibrio entre feedback positivo y el crítico. Todos somos víctimas de críticas hacia acciones que no hacemos, o que hacemos y no están siendo adecuadas, y a veces falta el equilibrio con acciones que hacemos y que ayudan, que apoyan, que construyen y en ocasiones pasan desapercibidas. Pongamos encima de la mesa de los equipos un feedback equilibrado y vivamos desde el agradecimiento a quien nos tiende la mano y presta su mirada para seguir aprendiendo y creciendo.
“La retroalimentación es el puente para conectar efectivamente las lecciones aprendidas del pasado con el rendimiento y el potencial futuros”. Perla Zhu