Cuestión de coherencia

El trabajo en equipo es más que el trabajo individual de cada miembro, eso ya lo sabemos, por lo menos sabemos bien la teoría de lo que es trabajar en equipo.

En el trabajo en grupo cada miembro hace una tarea y después la comparten, mientras que en el trabajo en equipo se desarrolla la labor entre todos los miembros, de tal forma que lo que se construye entre todos da un resultado que no se puede alcanzar individualmente.

Para que el trabajo en equipo ocurra, tienen que darse una serie de condiciones.  Nos vamos a centrar en dos de ellas, que a mudo quedan escondidas y envuelven el trabajo en equipo con una mezcla de compromiso y coherencia.

El compromiso se produce cuando, en la toma de decisiones del equipo, se escucha a todos sus miembros y se toma la mejor decisión para el equipo. La toma de decisiones puede darse por consenso, poniendo encima de la mesa las opiniones de todos los miembros y construyendo un consenso que la mayoría acuerda e intentando también que la minoría quede conforme con esa decisión. Además, la toma de decisiones también puede darse por consentimiento, teniendo en cuenta la inteligencia colectiva de todos sus miembros, asegurando la claridad del propósito y resultado y comprometiéndose todos con la decisión tomada, respetándola y defendiéndola incluso cuando con la decisión previa no se estaba de acuerdo. Es una cuestión de compromiso y coherencia. Coherencia que en un equipo se da de corazón a corazón.

La ciencia nos acerca a la idea de que el corazón es inteligente y que envía información al cerebro que este procesa. Si en un equipo lográsemos realizar una respiración por coherencia cardiaca, donde acompasásemos los ritmos, el equipo comenzaría a respirar y latir en la misma frecuencia y esto a nivel fisiológico ayudaría a tener menos estrés y más sentido de coherencia, es decir, la sensación de que el trabajo en equipo es comprensible, manejable y significativo.

¿Cómo tomamos decisiones en los equipos en los que trabajamos?

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