Cultura tóxica
Estamos cada vez más interesados en desentrañar los aspectos fundamentales que contribuyen a regenerar la cultura sana en las empresas. Culturas orientadas a humanizar las organizaciones.
Cada vez son más las empresas que necesitan abordar situaciones “delicadas” de equipos y personas y nos solicitan nuestras intervenciones.
La importancia de estos comportamientos es que se convierten en elementos que rápidamente, si no se previenen, pasan a formar parte de la cultura de la empresa. Erradicarlos suele ser muy costoso, en términos económicos o legales y muy destructivos de la necesaria convivencia entre las personas.
Estos comportamientos, si no se previenen, pasan a formar parte de la cultura de la empresa.
Nos encontramos habitualmente que las faltas de respeto son uno de los comportamientos más frecuentes que subyacen a esas situaciones “delicadas” y que motivan el encargo que nos hacen. Faltas de respeto que se concretan, entre otras, en no respetar los horarios acordados, reiterados incumplimientos en los plazos de entrega de trabajos, en los compromisos o en los acuerdos, e incluso comportamientos más graves en los que se invalida a personas con las que no se tiene afinidad o coincidencia en opiniones e ideas.
Las faltas de respeto son uno de los comportamientos más frecuentes
En ocasiones estas faltas de respeto van más allá y entran en el terreno de las agresiones verbales, los comportamientos hostiles como el menosprecio, la condescendencia, el desprecio, los gritos o el acoso en cualquiera de sus formas. Comportamientos que ponen de manifiesto el abuso que ejercen determinadas personas o estructuras sobre otras. Estos abusos suelen estar directamente relacionados con el mal uso del poder y la ausencia de reflexión sobre el uso que hacemos de aspectos como el estatus, el poder y los privilegios.
Estos abusos suelen estar directamente relacionados con el mal uso del poder y la ausencia de reflexión sobre el uso que hacemos de aspectos como el estatus, el poder y los privilegios.
De igual modo, las relaciones entre iguales que se van degradando y que generan algunos de estos comportamientos dañinos, tienen su origen en incidentes en los que alguien se sintió agraviado y a partir de ahí se genera una espiral de falta de colaboración, tender trampas, acosar, desprestigiar, humillar, etc. Los seres humanos tenemos formas terribles de hacer daño a otros cuando nos sentimos “heridos”. Se producen auténticos “apuñalamientos” de la convivencia.
Las relaciones entre iguales que se van degradando y que generan algunos de estos comportamientos dañinos, tienen su origen en incidentes en los que alguien se sintió agraviado y a partir de ahí se genera una espiral de falta de colaboración
También es usual encontrarnos comentarios que reflejan prácticas de nepotismo (privilegios que se obtienen por amistad o filiación), el clásico enchufe o el favoritismo de personas con responsabilidad, excluyendo a otras personas sin razones fundadas o motivos aparentes. En nuestro caso, no solemos encontrarnos con empresas en las que se practique abiertamente la desigualdad o la exclusión por sexo, raza o religión, pero somos conscientes de que estos comportamientos existen y están a la orden del día en muchas organizaciones y cada vez más recomendamos realizar una reflexión profunda sobre cómo se está abordando la diversidad en la convivencia dentro de la empresa.
Nuestra visión sobre estos fenómenos parte siempre de aflorar esos comportamientos lo antes posible, hablar sobre el respeto, el poder, sobre los mecanismos de promoción y decisión o sobre la diversidad. Hacer visible que en todo grupo humano hay siempre una “fuerza” que empuja suavemente para que se den estos comportamientos y es necesario mantenerse siempre alerta y firme para que no vayan a más.
Nuestra visión sobre estos fenómenos parte siempre de aflorar esos comportamientos lo antes posible, hablar sobre el respeto, el poder, sobre los mecanismos de promoción y decisión o sobre la diversidad.
Facilitar espacios para, como dicen unos grandes profesionales y amigos @Xavi Costa y @Marina Revuelta, “limpiar las migas” después de cada día de trabajo es una de las mejores acciones para evitar comportamientos que pueden derivar en la creación de una cultura tóxica.
Gracias, Teo. Me parece muy interesante lo que comentas, el respeto es fundamental en las empresas, ya sea entre iguales o entre jefes y su equipo. Lo contrario solo conduce a problemas emocionales en las personas que finalmente se convierten en problemas de la propia empresa: de rendimiento, productividad, clima laboral, y a veces también problemas legales que traen consecuencias económicas.
¡Qué importante es cuidar el respeto y la buena convivencia para el bienestar de una empresa!