Necesitamos volver a encontrarnos y conversar
Comenzamos el curso con la resaca del año pasado de todo online y nos hacemos muy conscientes de que los equipos necesitan también de la presencia de otras personas para seguir construyendo y tejiendo relaciones sobre las que se base el día a día de la organización.
Es cierto, que hemos aprendido mucho de las herramientas que nos han proporcionado el zoom, meet, teams, adobe spark, doodly, mentimeter, etc. y hemos podido estar muy cerca de los equipos, escuchar sus inquietudes, dar respuestas a sus necesidades y generar conexiones profundas entre las personas. Pero realmente fue el medio lo que cambió, lo importante seguía intacto: el deseo de los equipos de aprender a mejorar sus conversaciones y cultivar la confianza entre los miembros de los equipos.
Estamos deseosos de recuperar la presencia física, de poder mirarnos a los ojos cara a cara, de tener espacios informales entre reunión y reunión donde pueda compartir asuntos de la vida personal.
Ahora estamos deseosos de recuperar la presencia física, de poder mirarnos a los ojos cara a cara, de tener espacios informales entre reunión y reunión donde pueda compartir asuntos de la vida personal, tener encuentros informales donde se tejen las relaciones, no tener la agenda cargada de reuniones de zoom.
Es en este entorno presencial donde queremos recuperar la importancia de seguir aprendiendo a desarrollar las competencias de liderazgo que básicamente son competencias conversacionales. Aprender a diseñar conversaciones que abran posibilidades de futuro, conversaciones que gestionen personas, conversaciones que disuelvan conflictos, conversaciones que cierren acuerdos.
Un equipo es una red conversacional y cuantas más herramientas tenga, para mejorar la eficacia de las mismas, mejores resultados obtendrá.
Un equipo es una red conversacional y cuantas más herramientas tenga, para mejorar la eficacia de las mismas, mejores resultados obtendrá y por ende incrementará el bienestar de las personas del equipo.
Cuando tratamos de analizar profundamente nuestras conversaciones para mejorarlas nos encontramos con tres elementos fundamentales: una parte lingüística, otra emocional y una tercera corporal. Cada una de ellas tienen muchos matices que, conociéndolos y aprendiendo a manejarlos, permiten desarrollar conversaciones altamente efectivas y afectivas.